Cómo nos Afecta la Luna:

Muchos dicen que es imposible que la Luna nos afecte física o psicológicamente, que no puede producirnos cambios de ánimo, sensaciones que no sabemos explicar, nerviosismo que ni siquiera entendemos de dónde viene o, tan simple como un insomnio de una noche cualquiera. He leído muchos artículos donde no se le da demasiada importancia a este tema pero, lo cierto es que a la Luna siempre se la ha dado un misticismo singular en todas y cada una de sus fases, de hecho, os las iré explicando según vaya avanzando la entrada.

Según mi experiencia, he podido notar que días antes de la Luna Llena me encuentro algo más inquieta, con ciertos temas confusos en mente, algo desganada, cansada y extraña, aunque este último estado no sabría cómo especificarlo con mayores descripciones. He contrastado esto con varias personas y sí que es cierto que cambia el ánimo en ciertos aspectos, de hecho, hace plantearte algunas cosas durante este periodo antes de verla llena, antes de que su plenitud nos embriague con su energía positiva, ya que, este es otro aspecto que podemos usar para nuestra mejora y conocimiento propio. Otros pensarán que esto son bobadas o que nada tiene que ver con la realidad, la verdad es, que suele ocurrir a personas que son más sensibles a fenómenos no visibles y que se llevan mucho más por las energías que por lo material, este es mi caso. 

Cuando estamos ante la Luna Nueva, nos podemos plantear nuevas metas, nuevos propósitos o proyectos que tengamos en mente desde hace tiempo, podemos aprovechar ese momento de autocontrol y poder de decisión donde no hay más que claridad en nuestra mente y tranquilidad alrededor. Son momentos para meditar, también para cortarse el pelo si quieres un crecimiento más rápido y sano de este, son buenos instantes para ver dentro de nosotros mismos, a nuestra consciencia y encontrar aquello que más nos inspira para seguir adelante y cumplir nuestros sueños. La Luna Cuarto Creciente, como su propio nombre indica, es una época de crecimiento en cuanto a propósitos que ya habíamos pensado o creado en la anterior fase lunar, es un momento propicio para que llevemos a cabo aquello que tenemos en mente, para empezar cualquier acción que tengamos planeada porque nos asegura el éxito o que nos va a salir bien, de hecho, se va a ir viendo la evolución poco a poco. Como he dicho anteriormente, la Luna Llena nos trae situaciones donde te sientes un poco más irascible, tiendes a estar un poco más estresado y los sentimientos suelen estar a flor de piel, así que, se aconseja evitar situaciones conflictivas durante ese tiempo. Además, si te gustan los cristales, las piedras y objetos protectores, puedes ponerlos en el balcón para que la luz de la Luna los cargue y, cuando te los pongas estén cargados de energía. Por último, en la Luna Menguante no es propicio pedir nada, ni llevar a cabo acciones que te has propuesto, dado que, como su propio nombre indica, estas acciones menguarán o decrecerán con el tiempo y no tendrán demasiado éxito o salida pero, sí que son buenos momentos para depilarse por ejemplo, dado que, el vello sale mucho más débil y poco a poco va desapareciendo (si queréis más información sobre esto, hay un libro que venden en las librerías sobre el calendario lunar donde te indica los días muy buenos o excelentes para hacerlo, incluso los días malos).

Siempre se le ha tenido especial aprecio a la Luna, para momentos románticos, incluso para la transformación de hombres lobo en la que esta fantasía está muy presente en las películas, además del misticismo de tiempo atrás que se ha añadido a ella. Crea una luz asombrosa a nuestro alrededor, nos llena de energía y de propósitos sin siquiera saberlo, nos ayuda en nuestras metas adentrada en la oscuridad de cada noche y sabe cuándo apoyar nuestros proyectos, es una aliada más que propicia llevar a cabo nuestros sueños más imposibles. La noche es el momento del día o las horas del día que más me gustan, estoy más inspirada y conecto con mayor medida con lo que escribo, me he imaginado mejor a los personajes que he leído en los libros y he podido crear mejor las historias que iba a publicar en los blogs, me llena de tranquilidad, son cosas que una servidora se da cuenta, a parte de que soy una persona que nunca jamás tiene hora para irse a dormir cuando está enganchada a un relato que no puede dejar para otro momento...

Somos seres cambiantes al igual que la Luna, tiene varias fases como nosotros a la vez que va pasando nuestra vida y vamos creciendo tanto emocional como intelectualmente. No podemos mirar al sol directamente porque podemos quedarnos ciegos, pero podemos mirar a la Luna siempre que creemos estar perdidos, cuando damos las gracias y cuando tan solo queremos tomarnos una cerveza con unas velas armonizando el momento. Su energía es absoluta y nosotros somos energía, así que, es imposible que no nos influya de alguna forma u otra. Hace mucho tiempo que creo en estas conexiones tanto entre nosotros como con la Luna, las energías... prácticamente, desde que era una niña, por lo que, he crecido con ello, he crecido sabiendo que ella forma parte de mi energía, de mi aura y fuente de inspiración, permaneciendo incluso ante la adversidad y la oscuridad que la envuelve, siempre volviendo a nosotros tan resplandeciente o más que la anterior...

Espero que os haya gustado esta entrada tan especial y llena de energía positiva y que comentéis si habéis tenido alguna experiencia similar. Un beso y un abrazo, lectores.